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En menos de tres semanas el feminismo y el avance de las mujeres en cargos políticos sufrió dos bajas por demás chocantes. Marielle Franco y Gavis Moreno fueron acribilladas en el marco de una reacción ante la amenaza al orden establecido que plantea el feminismo que no para de dar pasos hacia adelante.

Solo a modo resúmen.

Marielle Franco nació en la favela, en el barrio Complejo de la Marea, hace 38 años. A los 19 fue mamá; y por esa época una amiga murió como resultado de una bala perdida; momento en que comienza su militancia activa. Socióloga, feminista, política, militante de los derechos humanos, negra y lesbiana. Así de enorme fue Marielle, desde todos esos ángulos. Trabajó fomentando el empoderamiento de mujeres negras que habitan las favelas. Como parte del PSOL fue elegida consejala en la Cámara Municipal carioca.

En febrero se aprobó la intervención federal en la seguridad en Río de Janeiro; lo que cedió el control al aparato militar para terminar con la violencia en las favelas; y ante los excesos de violencia que se registraron hasta la fecha; Marielle denunció y defendió los derechos humanos de quienes se veían perjudicados por los excesos de la policía federal.

Un día antes de ser asesinada, se preguntaba por Twitter cuántos más deberán morir para que esta guerra acabe. Fue interceptada por un auto mientras se alejaba de un debate en Lapa en la Casa de las Negras. El auto recibió 13 disparos, 4 acertaron en ella.  

Gavis Moreno era directora de la cárcel de mujeres de Guayaquil. Camino a su casa la acribillaron con 12 balazos desde una moto. Gavis tenía 46 años, activista de derechos humanos, afrodescendiente, negra y feminista. Formaba parte del colectivo “mujeres de asfalto”, desde donde comenzó a transformar el Centro de Rehabilitación de mujeres de la ciudad de Guayaquil, usando el arte urbano como herramienta para trabajar con mujeres privadas de su libertad, ofreciendo una alternativa para empoderarse y rehabilitarse acompañadas por un organismo que las contenga.  

Leer que Epsy Campbell será la primer mujer afrodescendiente que ocupe una vicepresidencia en Costa Rica es gratificante. No se bajan los brazos! La candidata aseguró que las mujeres son el motor; desde la política y desde el bien común. Un poco de luz entre tanta violencia.

A lo establecido no le conviene dar lugar a las mujeres, pero el feminismo avanza sin parar. Tocan a una, y tocan a todas.